SOBRE LA DIFICULTAD DE DECIR “TE AMO”

Salí con un man que me dijo que solo le había dicho “te amo” un par de veces a su mamá. Creo que lo hizo para demostrarme que era difícil, que un “te amo” suyo valía la pena porque era escaso. Claramente nunca me dijo que me amaba, aunque sé que sí lo hizo.

A diferencia de él, yo soy una promiscua del “te amo” y creo que una vez sentido, más que dicho, se queda ahí para siempre, porque aunque los sentimientos cambian de planos siempre están.

Hace 2 años el novio de una de mis mejores amigas murió en un accidente y aunque ella no estaba con él recuerdo haber llorado toda esa semana ante un caso hipotético donde ella estaba junto a él. El amor que yo no sabía que sentía se ponía en un primer plano y creo que así nos pasa siempre, porque todos los sentimientos co-existen y rara vez uno anula al otro.

Supongo que amamos en contra de nuestra voluntad y por eso a ratos nos duele tanto. También amamos a pesar de nuestra humanidad y la del otro, porque en medio de sus errores y los nuestros no tenemos otro destino distinto a querernos. Por eso nos ponemos capas, sí, como las cebollas y como Shrek, porque amar nunca involucra la pertenencia pero siempre lleva implícita la opción de pérdida.

La cosa es que nunca se pierde aunque a ratos así se sienta y por eso no hay amores que valgan la pena o historias donde las cosas tienen que ser difíciles para ser valiosas. Amar es fácil y el que se nos dificulte debería ser la red flag.

Amar es ponerse en un lugar vulnerable y desinteresado, es la entrega de más que puede terminar en un “yo sí soy güevón”, pero qué más da. Qué pereza una vida donde hay poquito por perder.

Por eso me pregunto si las cosas en verdad se superan o si simplemente se mueven de plano. Si realmente el contacto cero sana o no es más que la evasión de un “te amo” del que no queremos hacernos cargo.

@sussierave castro
susanaravec@gmail.com

CEO de las cosas rosadas y brillantes

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