10 Mar SOY LA EX QUE NO SE PONE BUENA

Después de vos vino tu sombra, vinieron miles de recuerdos, “últimas veces”, no sé cuántos intentos frustrados de ser “solo amigos” y “esta vez terminamos en serio” que acababan en stalkearte un miércoles hasta la 1:00 a.m. cuando ya me sabía tu perfil de memoria y al otro día tenía clase temprano.

Perdón, pasé tanto tiempo encerrada en la idea de que no estar juntos era un error –tu error– que olvidé los míos. Perdón por no ir ese viaje que tanto planeaste, por no haberme arriesgado más, por hacerte daño, por hacerle tanto caso a mi mamá, por quedarme tanto tiempo extra a tu lado y no haber entendido que no era un error, que no se trataba de que te comieras a todas y después volvieras a mí porque “era el amor de tu vida”, perdón por no haber entendido desde un comienzo que no querías estar a mi lado y ya, que por eso no podíamos estar juntos –y por juzgarte tantas veces cuando lo supe–.

Creo que pasé mucho tiempo detestándote –sin darme cuenta de que lo hacía–. El amor cuando se confunde se convierte en odio, por eso renuncio a cualquier tipo de sentimiento que me diga que me debes algo, me perteneces o pida que te espere porque aunque he visto mil veces Breakfast At Tiffany`s solo hoy he comprendido cuando Holly dijo eso de “ No le pertenecemos a nadie y nadie nos pertenece” y una parte de mí se va contigo y tus ojitos color pantano, con ese mundo en el que cantábamos a todo pulmón Hey there, Delilah.

Aunque sé que el amor también es sentirse infinito, eso lo aprendí a tu lado. Lo aprendí todas esas veces que pensaba que lo malo le pasaba a los demás menos a nosotros porque nuestro amor era más real y valioso que el de ellos, en los viajes de vuelta a casa donde cerraba los ojos y pensaba en lo afortunada que era por tenerte a ti, agradeciendo a Dios antes de dormir o cuando me agarrabas de la mano y Angela Merkel dejaba de ser la mujer más segura del mundo, el día en que me dijiste que querías que fuera la primera y última mujer a la que le decías “te amo”, cuando compraste ese pasaje que no te recibí para que me quedara a tu lado y en el que me dijiste entre lágrimas que creías que tú problema era haberme conocido tan joven. Te amo con la nostalgia eterna que me genera y sé que me generará toda la vida saber que fue real y se murió. 

Ya no te culpo por haber cambiado –yo también lo hice– y sé que si nos conociéramos en este momento probablemente ni siquiera voltearíamos a mirarnos. Te amo, pero te dejo ir porque hoy sé que a quien amé ya no existe y por eso me desprendo de todos esos apegos tontos que me hicieron algún día pensar que me debías algo, que debía ser la ex que se pone “buena” para que volvieras. Te amo, pero ya no estoy enamorada de ti. 

Esperé demasiado que volvieras arrepentido, hoy un poco más sabia sé que eso no me llenaría  nada y que tu “redención” no sería sinónimo de mi felicidad. No te niego que quisiera tener la posibilidad de enamorarme de ti de nuevo, pero ya ni tú ni yo somos tan ingenuos y aunque sé que solo tengo 22 y estoy llena de errores también sé que de alguna forma eres el amor de mi vida porque nunca más voy a querer a alguien con tanta pureza e ingenuidad como te quise a ti, pero hasta el primer amor se acaba.

Igual te vas a quedar ahí, en mi corazón, al lado del regalo de navidad que me dieron a los ocho años y junto a los recuerdos felices del colegio junto a todas esas cosas que amo y ya no son parte de mi vida. 

Gracias, sé feliz.

LA ILUSTRACIÓN DE ESTE TEXTO FUE HECHA POR @DONIABATATA