BIEN QUERIDA | El Brazo de Tía

BIEN QUERIDA

***

There’s something about el instante previo al beso bailando reguetón that can make people really nervous. Cuando tu respiración y la de la otra persona se vuelven una sola y hay una sonrisa cómplice porque a ratos las historias de amor solo tienen algunos tragos, extraños que se llevan bien y las horas contadas como protagonistas, ah y por supuesto besos, muchos besos.

La verdad es que Ed Sheeran es un mojigato y a veces the club is the best place to find a lover o tal vez Tinder y Bumble. La primera vez que besé a un desconocido estaba en una fiesta de quinces, recuerdo que dos semanas después besé al niño que le parecía lindo a todas las de mi salón y una amiga me dijo en los baños del colegio que me estaba volviendo una perra y cuando tienes catorce años la palabra perra significa dos cosas “eres una fácil que se mete con cualquiera, nunca nadie te va a tomar en serio” y “wao yo también quiero ser dueña de mí, pero me da miedo que me juzguen”.

La última vez que besé un extraño fue en enero (fui yo quien tomó la iniciativa) y en el medio hubo no sé cuántas veces. Como la noche en que un niño me dijo “mira eso”, me volteé y cuando volví me besó, también en la que me cantaron el himno de Polonia o me acompañaron a caminar por todo Barcelona luego de no sé cuántas cervezas y besos que tenían como destino ver el amanecer en la  playa, besos con mis amigos gays como pacto de amistad o con mis amigas en pijamadas.

Besos, ya no creo que me hagan una perra o que valgan menos por tener como destinatarios a desconocidos, y aunque algunas veces se quedan en cosa de una fiesta son historias de amor porque vivimos por poquitas cosas y las noches que nos dan historias para toda la vida son parte de la lista.

  ***

Estamos vos y yo en la cama son las tres de la mañana o algo así, el día no importa porque a tu lado todos son domingos, pero no de esos domingos en lo que lloras sino de los que te sanan. 

El caso es que estamos vos y yo en la cama y son las tres de la mañana o algo así, me preguntas por qué acepté salir contigo y me río, “La verdad solo quería la comida gratis”. Te causa algo de gracia y vuelves a preguntar por qué dije que sí a una segunda cita, te contesto que ese día tenía ganas de que me cuidaran el guayabo y está bien porque al menos las intenciones de ambos eran distintas a ver películas.

¿Te acuerdas de ese día en que te dije que parecíamos en la escena una película barata? Tenía puesta una falda rosada de tul y tú pensabas que mi culo se veía más grande mientras, yo pensaba que te estaba empezando a querer.  Esa noche llegamos a tu piso y tomamos vino de dos euros que compraste en Mercadona solo porque la etiqueta tenía algunas notas musicales.

Contigo hago todo lo que alguna vez critiqué: salir con un tipo mayor que mis hermanas y que además usa facebook en el 2019, pero estamos en tu balcón hablando de cómo en la universidad te decían Fidelito (es definitivo, si mi papá te conociera te odiaría) mientras me cuentas historias de Diomedes y Maradona y me doy cuenta de que algún día te voy extrañar.

***

Soy a la que le dices el primer día de universidad que te sientes en Zoey 101 y también la que se acuesta contigo a la víspera de tu primer día de trabajo, por la que lloras borracho con todos tus amigos y a la que tu mamá todavía llama a preguntar cómo está. Esa soy.

Cuando te pregunten por mí diles que me conociste porque salí con uno de tus mejores amigos y sí, después me metí contigo, eso les va a dar “motivos” para continuar llamándome perra. Diles que un miércoles me besaste mientras sonaba una canción de Romeo Santos y en menos de una semana ya éramos novios.

Cuéntales de las veces en que lloramos juntos, de cómo me quedaba a dormir en tu casa a escondidas de mi mamá. Háblales de la forma en la que nunca me soltaste la mano mientras manejabas y yo les confesaré cómo, aunque han pasado años, estamos en silencio el uno para el otro con el amor que quedó intacto.

Porque si esto fuera una película pasarían 5 años en 30 segundos hasta que algún día nos encontraríamos en la calle y nos sentiríamos felices el uno por el otro. Si esto fuera una película tampoco acabaríamos juntos. 

Ilustraciones: @barbiguerrera

@sussierave castro
susanaravec@gmail.com

CEO de las cosas rosadas y brillantes

No Comments

Post A Comment

X